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2016 / 18 octubre

Entrevista al poeta José Manuel Rodríguez Viedma


Romántico, cofrade y granadino de corazón y versos. Llegó a la poesía por su abuelo y fue pupilo de Manuel Benítez Carrasco quien marcó en gran medida su obra. Este poeta sencillo se ha hecho un hueco en la lírica granadina gracias a su poesía íntima y sentimental que busca ensalzar la belleza y el amor más puro. José Manuel Rodríguez Viedma nos habla de la poesía, de sus vivencias y de su último trabajo, ‘Verso. La Sonrisa de los Girasoles’.

Brevemente, ¿quién es José Manuel Rodríguez Viedma?

Soy un hombre como los demás, con sus defectos y sus virtudes. Me considero un poeta romántico y sencillo, que no humilde, ya que la humildad te la tienen que poner los demás. Eso sí, me gusta estar allí donde me llaman y donde puedo colaborar en algo.

¿En qué se inspira para escribir?

Me inspiro esencialmente en todo lo que huele a romanticismo. En la belleza, en una mujer, en una mirada. Y cómo no, en todos aquellos matices característicos del sitio en el que uno nace. El agua, el aroma, las vivencias. ¡Cómo no ser poeta en Granada!

Como poeta romántico, ¿es más sencillo escribir de amor o de desamor?

Yo tengo muchos poemas al desamor y, sin embargo, estoy felizmente casado. El poema no ha de ser una biografía del poeta. El poeta es un creador. Es más, la literatura es una creación. Es cierto que es más fácil escribir en el desamor que en el amor, puesto que la felicidad nos hace estar menos pendiente de una serie de cosas. Y el desamor nos convierte en seres íntimos, amigos de la soledad, y buscamos el refugio. En el caso de los poetas, en la poesía.

¿Qué ha cambiado desde sus primeros versos?

La vivencia y la ilusión. No es que haya menos ilusión sino que es diferente. La ilusión de publicar por primera vez no es la misma que ahora. Ahora está el miedo a no estar a un nivel concreto o que la gente te exija más. Eso te obliga a tener más nervio y más miedo. Antes era capaz de todo y ahora me pienso mucho las cosas.

¿Qué propone en este nuevo libro?

Planteo una poesía más arriesgada, con una métrica más fresca, más próxima a la no rima y al verso libre. El libro es una antología poética dividida en dos parte, una de ellas más clásica ‘Cuando toques el viento’ y otra más vanguardista, ‘La sonrisa de los Girasoles’. Eso sí, el amor está muy presente.

¿Se podría decir que ha dado un paso más en su carera?

Yo no lo defino como un paso más. Los pasos son todos aquellos que se dan hasta la publicación de la obra. Se podría decir que ese paso más es publicar el libro. Para mí es una continuidad, una nueva etapa que te hace tener un conocimiento más de la vida.

¿Cómo ve el panorama poético actual?

Es bastante complejo. Hoy día se está perdiendo la poesía, la historia y otros muchos valores, que quizás deberíamos mejorar pero nunca perder. Por desgracia, actualmente hay gente que no distingue entre Cervantes y el Quijote.

¿A qué puede deberse este abandono de la lírica?

En eso todos somos culpables. Los medios de comunicación porque nos la hacen llegar de una manera sutil. Y los demás porque intentamos leer cada vez menos y al final el género más maltratado por ello es la poesía. La poesía te exige un momento y un lugar, es decir,  exige otro recogimiento y otra soledad. Puede que buscar ese momento sea cada vez más difícil en este mundo que vivimos de rapidez.

En ese sentido, ¿la gratuidad de la poesía en Internet la ha banalizado?

¿Pierde valor una apuesta de sol en la playa cuando la ve todo el mundo? Entonces por qué cobrar. Se cobra cuando hay un gasto de edición. Quien sale más perjudicado de esto son las editoriales que en mayor o menor medida te obligaban a aceptar su modelo de difusión y consumo. Es decir, si eres rentable te leerán y si no, no.

Entonces, ¿Internet ha sido una vía de escape a ese modelo?

Internet ha sido una explosión y ha dado lugar a una oferta muy grande de poemas. De hecho, hay webs que reciben más visitas que libros, lectores. Incluso, sé casos de editoriales que publican libros de poesía con la condición de que el poeta cierre su blog o su página web. En este caso concreto, considero la poesía ha salido ganando, puesto que es algo muy personal y cada uno le pone precio a su obra. Lo que se paga es el libro y no el verso. Es más, creo que nunca se ha pagado el verso.

Pero ¿se puede vivir de la poesía?

En mi caso no, desde luego. Hay veces que puedes vivir bien gracias a ella, pero no plenamente. A no ser, que tengas contratos con alguna editorial.

Siendo la literatura un género tan libre, ¿no es ser un ‘mercenario’ de la literatura?

En parte sí, ya que hay veces que te dicen que escribas un tipo de poemas determinados porque la poesía que tú haces ya no vende. Ahí está el problema. Se apuesta por una poesía comercial y no por una poesía más personal e intimista. Es más, las editoriales apuestan por un tipo de poesía concreta y por unos nombres determinados. Es un mundo muy complejo.

¿Qué se puede hacer contra eso?

Apostar por la autoedición. Así uno tiene la certeza de que no se prostituye lo que publicas. Que en este mundillo hay que tener mucho cuidado.

Para aquellos que estén empezando, ¿qué consejo le daría?

Que no lo dejaran nunca. Que no se obsesione con editar, porque hoy existen diferentes vías para llegar a la gente. Además, les recomiendo que sean intimistas, que no lo publiquen todo y que se guarden algo para sí. Uno es quien decide qué quiere dar a conocer y cuándo se lo da a los demás. Incluso, creo que todos en algún momento de la vida somos poetas. Lo que pasa es que algunos lo dejan y otros lo descubren, y otros, simplemente, se mueren sin saberlo.

Según esa opinión, ¿todos podemos considerarnos poetas?

Sí y no (Ríe). Se aprende a hacerse poeta cuando se nace. Nadie nace diciendo fui poeta. Uno se encamina a ser poeta teniendo experiencias que te hacen sentir la poesía y eso es lo que te hace luego ser poeta. Creo que el poeta nace en un momento de la vida en el que se da cuenta de que quizás es poeta. Luego lo que hace falta es que los demás piensen que eres poeta.

¿Se podría vivir en un mundo sin poesía?

Qué duda cabe que no. ¿Qué sería de nosotros si no nos rodeara el arte? Si no escuchásemos la música, si no hablásemos de poesía, si no viéramos un cuadro o una escultura. Por muchos estudios que tuviéramos, qué seríamos sin arte a nuestro alrededor. Es algo que nos rodea. Un amanecer es un cuadro o un beso es un poema. Vivir sin poesía es impensable y quien dice poesía, dice cualquiera de las otras artes.

¿Por qué es tan importante?

La poesía es un arma fundamental para defender la sensibilidad. Se podría decir que la poesía es una forma de ser sensible. Además, yo quiero creer que toda la poesía es sensible. Si perdemos cualquier vía para llegar a la sensibilidad estamos perdiendo mucho.

¿Qué función debe desempeñar en la actualidad?

En la poesía nada da derecho a todo, ni todo vale. La poesía, al igual que el resto de artes, es un arma más; sin embargo, puede hacer mucho más daño ya que se expresa con palabras y las personas nos comunicamos con palabras. Todo tiene un límite.

¿Dónde estaría ese límite?

Los poetas somos la voz social de lo que pasa, puesto que al hablar y escribir describimos un momento histórico y social en el que vivimos. Sin embargo, nos  encontramos en un periodo de relativo bienestar, por lo que muchas veces tendemos a pasar la línea de la política y es entonces cuando prostituimos la poesía. Precisamente porque somos libres. Pasar ese límite hace que te tachen de ser un poeta político y uno no debe ponerse esa limitación. No porque uno quiera, sino porque cuando se acaba el poeta empieza la persona. La persona es libre de actuar y de decir lo que quiera, pero no utilizando la poesía. La poesía es más limpia y pura que todo eso.

Según esa respuesta, ¿a qué le escriben los poetas?

Los poetas tratamos de tocar todos los puntos. En este caso, el poeta no trata de tocar un punto determinado, sino que te llega la inspiración y escribes el poema. La propia vida te marca y la situación que nos rodea más aún, teniendo en cuenta la realidad en la que nos encontramos. Pero no quiero una poesía protesta. Los poetas debemos de tener nuestra propia tribuna, eso no quiere decir que no nos comprometamos y contemos con la realidad, pero ¿por qué no sacar lo bello en vez de lo negativo que no nos lleva a ninguna parte? Los políticos deben de gobernarnos y los poetas deben de cantar las riquezas y las bienaventuranzas de este mundo y hacérsela llegar a la gente.

Y hablando de sacar lo bello, ¿qué tipo de poema sería Granada?

Toda Granada es un poema escrito por miles de plumas y recitado por millones de voces.

 

(Fotografía cedida por José Manuel Rodríguez Viedma)

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